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Herpes y Embarazo: ¿Qué Debes Considerar?

Publicado el 2024-05-04 13:22 por Nordictest
Herpes y Embarazo: ¿Qué Debes Considerar?

No es un problema quedar embarazada si eres portadora del virus del herpes. Considerando que se estima que alrededor del 90 por ciento de la población mundial es portadora del virus, sabemos por experiencia que esto no implica grandes cambios en cuanto al embarazo y el parto de un bebé sano. Lo importante es cuándo contraes la infección, ya sea antes o durante el embarazo.

Si has realizado una prueba de embarazo, has obtenido un resultado positivo y poco después contraes una infección por herpes, esto podría ser relevante. Es recomendable hacer la prueba rápidamente al presentar síntomas, tanto si estás embarazada como si no lo estás. Además, es importante hablar de esto con tu matrona tan pronto como sepas que tienes una infección por herpes.

Dado que puedes hacer mucho para ralentizar la propagación del virus en tu cuerpo si lo tratas a tiempo, es realmente útil ser consciente de la infección lo antes posible. No hay motivo para entrar en pánico, pero comencemos por ver qué tan grave puede ser el herpes durante el embarazo.

Es la primoinfección la más peligrosa para tu feto

Estudios posteriores han demostrado que es la primoinfección, es decir, la primera vez que contraes la infección por herpes, la más peligrosa para el feto. El CMV (citomegalovirus) es un virus que forma parte del grupo del herpes. Se propaga a través de la saliva o la sangre.

La infección puede ocurrir muchas semanas después de la exposición al virus. Durante la infección, puede causar problemas en el desarrollo del feto. Cuanto más temprano ocurra durante el embarazo, más graves pueden ser las consecuencias.


En particular, las infecciones por CMV durante las primeras 16 semanas de embarazo pueden causar anomalías en el desarrollo. Esto puede incluir daños en el sistema nervioso y retraso en el crecimiento. Los estudios han demostrado que una reinfección no tiene el mismo efecto. Si has tenido herpes en el pasado y reaparece durante el embarazo, no tienes que preocuparte de que el feto se infecte.

Apoya tu sistema inmunológico antes y durante el embarazo

Ya hemos hablado de la importancia del sistema inmunológico y el herpes. Cuando planeas un embarazo, es importante tenerlo en cuenta. Si experimentas síntomas que sugieren una infección por herpes, debes realizarte una prueba de herpes para confirmar. Si la prueba es negativa, vale la pena investigar más para ver qué podría estar causando los síntomas. Hay otras infecciones con síntomas similares que deben tomarse en serio.

Conocer tu infección por herpes te permite tomar medidas para apoyar tu sistema inmunológico. Esto es extremadamente importante tanto para ti como para tu bebé aún no nacido. Evitar nuevas infecciones con síntomas molestos durante el embarazo te permite tener más energía. Evitar dar a luz mientras tienes una infección por herpes en curso en el área genital es realmente importante.

Riesgo de transmisión del herpes durante el parto

Lo que preocupa a muchas mujeres con herpes durante el embarazo es el riesgo de transmitir el virus al bebé durante el parto. Hemos aclarado que el herpes recurrente durante el embarazo rara vez se transmite al feto. Pero cuando llega el momento de dar a luz, surgen nuevos riesgos.

Si contraes herpes genital tarde durante el embarazo, aumenta el riesgo de transmisión del herpes durante el parto. Esto se debe a que es posible que no tengas suficiente tiempo para desarrollar anticuerpos y transferirlos al bebé antes del parto.

En esta situación, por supuesto, hay una luz al final del túnel. Si contraes una infección durante el embarazo y no es la primera vez, esto podría ofrecer cierta protección al bebé. Pero es importante ser consciente de lo que está sucediendo con tu infección y discutirlo con una matrona que pueda darte buenos consejos para reducir el riesgo de transmisión.

El herpes neonatal es raro

Existe el herpes neonatal, es decir, cuando el bebé se infecta durante el embarazo, pero es importante saber que esto es muy raro. Como hemos aclarado, es más peligroso si la futura mamá contrae la infección por herpes por primera vez antes de la semana 16 de embarazo.

¿Qué puedes hacer?

Como mujer embarazada con herpes, debes recibir atención prenatal adicional. Esto incluye controles regulares y observar cuidadosamente los síntomas que podrían indicar un brote de herpes.

Si sabes que has tenido herpes en el pasado, puede ser prudente discutir pruebas de detección con tu proveedor de atención médica. No todos reciben este tipo de pruebas, pero puedes plantear el tema con tu matrona si estás preocupada.


Puedes usar medicamentos antivirales

Puedes usar medicamentos antivirales durante el embarazo. Estos medicamentos pueden hacer que los brotes sean más leves y reducir el riesgo de transmisión al bebé. Si experimentas brotes frecuentes de herpes o si contraes herpes genital hacia el final del embarazo, es posible que un proveedor de atención médica te recomiende tomar medicamentos antivirales para tu beneficio y el de tu bebé.

Por lo general, esto se recomienda a partir de la semana 36 de embarazo hasta el parto. Sin embargo, por supuesto, podría haber razones para comenzar el tratamiento antes, si tienes síntomas muy graves que dificultan el manejo de la vida diaria durante el embarazo.

¿Podría ser necesario un parto por cesárea?

Hoy en día, muchas mujeres eligen la cesárea, y es una alternativa si crees que es la mejor opción para ti. Pero si estás considerando una cesárea debido al herpes, podría no ser necesario.

Cuando no tienes herpes genital activo, no hay razón para que tu bebé tenga un mayor riesgo de infección durante el parto. No deberías tener problemas con un parto vaginal normal debido a la presencia del virus del herpes en tu cuerpo.

Un desafío emocional

No olvidemos que el herpes durante el embarazo puede ser un desafío emocional. Incluso si te das cuenta de que en realidad no estás exponiendo a tu bebé a riesgos con el virus en tu cuerpo, aún podrías preocuparte.

Además del tratamiento adecuado del virus, es sabio hablar sobre estas preocupaciones con un proveedor de atención médica o tal vez en un grupo de apoyo. Al hablar de ello y recibir apoyo de otros, puedes reducir el estrés. Esto es algo que puede reducir el riesgo de nuevas infecciones, ya que el estrés es uno de los desencadenantes conocidos del herpes.

Minimiza los riesgos tanto para la madre como para el bebé

Recordemos que el herpes durante el embarazo puede ser un problema tanto para la madre como para el bebé. Sin embargo, con la atención adecuada y la adopción de estrategias preventivas, esto no debería ser un problema grave. Habla con tu matrona y asegúrate de tener un plan personalizado para ti y tu bebé durante el embarazo y el parto.